El Memorial de la Bandera de los Andes

El momento del Bicentenario de la Revolución de Mayo constituyó un acontecimiento conmemorativo de radical importancia en el calendario festivo del país.

En la provincia de Mendoza comenzó un nuevo capítulo de la saga de intervenciones públicas para enaltecer el papel de Cuyo, de San Martín y del Ejército de los Andes en la independencia sudamericana.

En 2009, el gobierno provincial dispuso la construcción de un memorial de la emblemática bandera, que hasta la fecha había lucido en la Casa de Gobierno, el cual se inauguró el 17 de agosto de 2012.

La intervención contempló el diseño de dos salas y un pequeño auditorio. Se trata de una construcción subterránea a la que se accede por rampa y que luce una llama votiva que representa la perdurabilidad del paso de San Martín por Mendoza y de los soldados de la guerra de la independencia.

San Martín, Mendoza y Cuyo

El Bicentenario significó un nuevo eslabón de una larga genealogía que enalteció la asociación entre San Martín y Mendoza. Se trata de un vínculo que el mismo Libertador acuñó antes de emprender el Cruce de los Andes cuando escribió:

«Sería insensible al atractivo eficaz de la virtud, si al separarme del honrado y benemérito Pueblo de Mendoza no probara mi espíritu toda la agudeza de un sentimiento tan vivo como justo […]. A ellos y a las particulares distinciones con que me han honrado, protesto mi gratitud eterna».

Tampoco San Martín dejó de compartir el triunfo del ejército con el gobierno y los pueblos que habían contribuido a la empresa política y militar. En el oficio que dirigió al gobernador intendente Toribio Luzuriaga para informar el triunfo de Chacabuco del 12 de febrero de 1817, escribió:

«Gloríese el admirable Cuyo de ver conseguido el objeto de sus sacrificios».

Al año siguiente, el éxito de Maipú coronó de gloria las hazañas del general y del ejército por lo que las celebraciones y manifestaciones de júbilo se replicaron en todas las partes.

El recuerdo del héroe

El éxito de la campaña a Chile condujo al gobierno de la Provincia de Cuyo a rendir un homenaje al Libertador mediante la erección de una pirámide que no logró adquirir dimensión monumental.

El momento del Centenario

El clima político y cultural comprendido entre fines del siglo XIX y el Centenario de la Revolución de Mayo dio lugar a la invención de los primeros lugares de memoria dedicados a San Martín en la provincia. Estos se amplificarían en el siglo XX como resultado de iniciativas oficiales (nacionales y provinciales) y de asociaciones dedicadas a preservar su memoria.

San Martín en el relato estatal de entreguerras

En los años treinta del siglo XX, la monumentalidad sanmartiniana cobijaría nuevos lugares de memoria…

1950: el Año del Libertador

La conmemoración del Centenario de la muerte de San Martín dio lugar a un nuevo ciclo de la monumentalidad de su recuerdo en la provincia y en el país. No se trataba de una agenda oficial de circunstancias en tanto su figura había sido exaltada por el gobierno militar instalado en 1943, y robustecida cuando ya Juan Perón ejercía su primer mandato como presidente. En 1949, al inaugurar la convención constituyente, había expresado:

«San Martín es el héroe máximo, héroe entre los héroes y Padre de la Patria. Sin él se hubieran diluido los esfuerzos de los patriotas y quizás no hubiera existido el aglutinante que dio nueva conformación al continente americano. Fue el creador de nuestra nacionalidad y el libertador de pueblos hermanos. Para él sea nuestra perpetua devoción y agradecimiento».

Homenaje ciudadano al Ejército de los Andes

En años recientes, la figura de San Martín y el Cruce de los Andes ha sido motivo de nuevas intervenciones patrimoniales con el propósito de resignificar las imágenes provistas por las liturgias estatales e instituciones custodia de la memoria sanmartiniana fungidas en las narrativas nacionalistas de los siglos XIX y XX.