José Gil de Castro. Retrato del general José de San Martín (1818). Óleo sobre tela (Museo Histórico Nacional).
La bandera luce en una vitrina custodiada a cada lado por un colbac o morrión del regimiento 11 General Las Heras. En el frente, se colocó un cuadro de San Martín realizado por el pintor mendocino Rafael Rufino Cubillos (1881-1948), quien llevó a cabo una prolífera labor como artista plástico y en la dirección de academias y escuelas que impulsaron las artes plásticas en la provincia.

Una de las salas exhibe la memorable Bandera del Ejército de los Andes confeccionada por las monjas del Monasterio de la Buena Esperanza sobre la base de la donación de telas y joyas de las damas patricias, es decir, de las esposas, madres o hermanas de San Martín, de sus oficiales y vecinos principales de la ciudad. Las monjas encargadas fueron María de las Nieves Godoy, Andrea de los Dolores Espínola y María del Carmen del Niño Dios Correas, hijas de linajes familiares radicados en Mendoza desde los tiempos de la conquista española.

La bandera fue jurada el 5 de enero de 1817 en vísperas de la celebración de la Epifanía del Señor. Para entonces, el ejército desfiló por las calles de la ciudad en medio de un clima inflamado de ardor patriótico. Al llegar a la plaza, un grupo de soldados ingresó al templo de San Francisco y cargó sobre sus hombros la imagen de la Virgen del Carmen, la devoción mariana elegida por la Junta de Guerra, dando cuenta del papel de la liturgia religiosa en la cohesión y disciplina del ejército, y la legitimidad de las guerras revolucionarias. Ya en la calle, las autoridades, las corporaciones y la multitud se encolumnaron tras su paso: San Martín, el gobernador Luzuriaga, los capitulares, los clérigos, la muchedumbre. Luego se dirigieron a la Iglesia Matriz donde el vicario castrense bendijo la bandera azul y blanca con la pica y el gorro frigio en el centro y orlada de laureles y el sol, y el bastón de mando que fue saludado con veintiún cañonazos. Después, San Martín subió al tablado que se había levantado en la plaza, exhibió la bandera y todos los cuerpos presentaron las armas.