Una ciudad en busca de su identidad
Las primeras construcciones de la nueva urbe tuvieron poca vida útil. Entre las razones están la escasez de recursos económicos al momento de la ejecución, la falta de cuidado constructivo y, en algunos casos, la disociación entre el sistema constructivo y la función que debían cumplir.
La austeridad estética de la edificación pública fue otro de los factores que se sumó a esos motivos. Con el tiempo, el aspecto formal de las edificaciones dejó de cubrir las expectativas de los dirigentes políticos, que necesitaban que toda la ciudad fuera reflejo de progreso material. Es por la sumatoria de todas estas causas que los edificios públicos posterremoto tuvieron un carácter transitorio y, de a poco, fueron reemplazados y trasladados a otras ubicaciones.
La cárcel abandonó su ubicación frente a la plaza Independencia y se trasladó hacia el oeste de la trama. / Fuente: Archivo AHTER
La ciudad, además, crecía inmersa en un proceso de modernización de sus edificios y sitios. Entre sus hitos se cuentan la creación del Parque del Oeste (luego San Martín) para cuyo proyecto se contrató al paisajista Carlos Thays. La propuesta de emplazamiento del paseo público creado en 1896, que seguía el modelo de los parques urbanos situados en las ciudades modernas europeas, remarcó la extensión de la traza en sentido oeste.