La estación Canota se inauguró durante la década del 40 y fue la segunda más importante de la zona después de la estación Gutiérrez. En ella confluían líneas diferentes de ferrocarril: el Belgrano, el Pacífico y el Trasandino.
En Canota se desarrolló una intensa actividad de carga, descarga y trasbordo entre las grandes líneas ferroviarias que llegaban a Mendoza desde lugares tan distintos del país y el extranjero. El proceso de construcción, conexión y puesta en servicios de estas estaciones demoró varios años.
La zona próxima a la estación estaba repleta de bodegas, fábricas de conservas y frigoríficos. Por eso, durante más de dos décadas, fue una de las más fructíferas del departamento. Allí, se transportaban no solamente vinos y sus derivados sino también ganado, frutas, verduras y hortalizas. Además, se comercializaban insumos como envases de vidrio y latón, equipamiento industrial y productos manufacturados. Se convirtió en un polo de intensa actividad, donde entraban y salían cargas hacia Chile, Bolivia, el Norte, Centro y Litoral de Argentina.
Las inmediaciones de la Estación fueron recuperadas mediante la conformación de un espacio verde.
